Estaba mirando la tele sin mucho interés hasta que, de repente, ante mi ha aparecido un programa que me ha dejado impresionadísima. Una madre que llama a otra mujer (que resulta ser la terapeuta del adolescente) por teléfono y le dice que acuda a su casa porque tienen que hablar de algo urgente.
Resulta que el chico salía con una chica de 15 años y, ésta última está embarazada. La madre impresionada; la terapeuta impresionandose con la historia que le cuentan y el adolescente, al lado de ellas dos, repantingado en el sofá viendo la tele,con la mano tocándose sus gónadas, pasando de la historia como si no fuese con él.
La terapeuta ha tenido que llegar al extremo de pedirle que apagara la televisión y preguntarle qué pensaba, y si no el afectaba. El chico, muy pasota, le ha soltado un "eso lo sabía y a mi me da igual" que nos ha dejado muertas a la terapeuta y a mi que lo estaba viendo.
Supongo que será un caso extremo, eso espero, pero me hace reflexionar mucho sobre la madurez de las personas y el sexo; sobre la conveniencia o no de ciertas permisividades; sobre la educación en general, y la sexual en particular, que recibe la juventud.
Alguien puede escandalizarse con este comentario, pero el adolescente que yo he visto en la tele no creía tener ninguna obligación con su madre, ni su entorno y, mucho menos, con esa chica que estaba embarazada.
Supongo que el aborto será el final de esa historia y lo siento por el inocente condenado a muerte pero las victimas del supuesto padre son también esa chica y su oborto que la marcará de por vida si tiene la más mínima sensibilidad (porque algo así no puede olvidarse jamás), la madre que es ignorada y maltratada psíquicamnete a diario por el adolescente (según se explica en el programa) y el propio adolescente que (o mucho se enmienda de aquí en adelante) siguiendo con este comportamiento antisocial demuestra que en su niñez le malcriaron tanto que no es capaz de vivir en sociedad, ni de pensar en nadie que no sea estrictamente él mismo.
La terapeuta ha tenido que llegar al extremo de pedirle que apagara la televisión y preguntarle qué pensaba, y si no el afectaba. El chico, muy pasota, le ha soltado un "eso lo sabía y a mi me da igual" que nos ha dejado muertas a la terapeuta y a mi que lo estaba viendo.
Supongo que será un caso extremo, eso espero, pero me hace reflexionar mucho sobre la madurez de las personas y el sexo; sobre la conveniencia o no de ciertas permisividades; sobre la educación en general, y la sexual en particular, que recibe la juventud.
Alguien puede escandalizarse con este comentario, pero el adolescente que yo he visto en la tele no creía tener ninguna obligación con su madre, ni su entorno y, mucho menos, con esa chica que estaba embarazada.
Supongo que el aborto será el final de esa historia y lo siento por el inocente condenado a muerte pero las victimas del supuesto padre son también esa chica y su oborto que la marcará de por vida si tiene la más mínima sensibilidad (porque algo así no puede olvidarse jamás), la madre que es ignorada y maltratada psíquicamnete a diario por el adolescente (según se explica en el programa) y el propio adolescente que (o mucho se enmienda de aquí en adelante) siguiendo con este comportamiento antisocial demuestra que en su niñez le malcriaron tanto que no es capaz de vivir en sociedad, ni de pensar en nadie que no sea estrictamente él mismo.